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lunes, 24 de agosto de 2020

LA ADAPTACIÓN A LA ESCUELA

Queridas familias, luego de muchos meses enfrentándonos y readaptándonos todos a esta situación que ha trastocado y modificado nuestras realidades, nos toca volver luego de las vacaciones, pero esta vez, de una manera diferente. 

Después de que muchos niños y niñas han estado en casa tantos meses, podemos esperar un abanico muy variado de respuestas, cuando les preguntamos sus deseos de volver a la escuela… quizá unos/as tengan más ganas que otros. 

Según la respuesta que nos dé un niño/a sobre su motivación para volver a la escuela, sería saludable prepararlo/a para esta vuelta y sobre todo para las novedades que tendrá que enfrentar. Pero no solo es la motivación lo que le va a ayudar a adaptarse, sino una serie de pautas, en las que podemos ayudarles. 

PAUTAS PARA AYUDAR EN LA ADAPTACIÓN 

La actitud de los padres y madres ante el inicio de la vuelta a la escuela influye de forma significativa en el comportamiento y actuación de los niños/as. 

Las familias que muestran mayor ansiedad, inquietud, temor e inseguridad ante el hecho de llevar a sus hijos/as a la escuela “se asocian, con niños/as que tienen más dificultades e inseguridades durante el periodo de adaptación”. 

La adaptación en cada etapa es diferente y depende del niño/a el momento de su desarrollo, sus circunstancias, la organización familiar y sobre todo de la actitud del adulto que le acompaña. 

La adaptación se produce tanto a nivel biológico, psicológico, como social y debe ser gradual. Es un proceso que se empieza desde el hogar. 

A continuación, recomiendo pautas generales que se pueden establecer, desde el entorno familiar, con la finalidad de facilitar la adaptación del bebé o niño/a a la escuela:

INTENTAR CONTINUAR CON ALGUNA ACTIVIDAD QUE SE TENÍA EN EL VERANO 
  • Durante las primeras semanas y si el tiempo aún acompaña, hay que intentar mantener alguna actividad que se realizaba antes de la incorporación al colegio, como ir al parque, ir a la piscina, etc.

COMENZAR LA ADAPTACIÓN EN CASA -HÁBITOS Y RUTINAS- 
  • Para que el inicio de la escuela no suponga un cambio brusco en los hábitos y rutinas diarios del niño/a, es necesario, en los días o semanas previas, adaptar de forma progresiva los horarios, de sueño y las comidas, a los horarios del centro. 
  • En el caso del bebé con lactancia materna, se recomienda ir adaptándolo al biberón, para que cuando entre a la escuela pueda alimentarse adecuadamente. 
  • No se recomiendan introducir otros cambios importantes durante el periodo de adaptación, como quitar el chupete(chupón), cambiar de habitación, mudanzas, etc. Es mejor que estas modificaciones se hagan mucho antes o meses después de esta etapa adaptativa. Si existen cambios inevitables en la vida del niño/a, como el fallecimiento de un familiar, el nacimiento de un hermanito, separación de los padres, entre otros; deben de comunicarse a las educadoras y maestros/as para estar pendientes de las conductas y/o comportamientos del niño/a. También es importante consultar a un profesional de la psicología infantil para manejar la situación. 
  • El llevar los objetos transicionales; peluches, mantitas, almohadas, algún muñeco inseparable, etc. a la escuela, pueden ayudar a los bebés o niños/as en la adaptación, pues les hacen compensar la ausencia de los familiares y les dan seguridad. 

CREAR ILUSIÓN 
  • Visitar la escuela con el niño/a antes de empezar, de modo que después pueda reconocer el espacio y que le sea más familiar. 
  • Preparar con ellos el material que deben llevar y dejarles escoger parte del material escolar a su gusto; cómo la mochila, el estuche o cartuchera… con sus personajes favoritos, etc. 

TRANSMITIR UNA ACTITUD POSITIVA 
  • Para transmitirle felicidad y tranquilidad, es recomendable contarle el lado positivo de la escuela, hablarle de las actividades divertidas que puede hacer en el aula o de todos los amigos nuevos que puede encontrar o de los que va a volver a ver y hablarle gratamente de su educador/a o maestro/a. 
  • Es necesario evitar los comentarios negativos o utilizar la escuela como amenaza. 

REFORZAR SU AUTONOMÍA 

Si es aplicable a la edad y/o desarrollo del niño/a debe estimularse lo siguiente: 
  • Para que el niño/a pueda enfrentarse con seguridad a la nueva situación, es aconsejable reforzar antes del inicio del curso, hábitos de autonomía, como: pedir para ir al baño, beber agua sin ayuda o reconocer su ropa y objetos, quitarse y ponerse prendas. 
  • Es efectivo también destacar su identidad, que sea capaz de reconocer y/o comunicar su nombre y el de las personas más cercanas. 
  • En el caso de los niños/as que por alguna dificultad o discapacidad necesiten aún ayuda para hacer las cosas solos/as, los familiares deben de informar a los educadores/as, maestros/as y tutores de la ayuda que el niño/a necesite. 

COMUNICAR LAS NORMAS O NUEVAS MEDIDAS DEL CENTRO 
  • Si el niño/a ya está en edad de comprender, es importante comunicar y reforzar el aprendizaje de las normas del centro al niño(a,) para que lo sepan de antemano y no se sientan sorprendidos. 

DESDRAMATIZAR LAS DESPEDIDAS 
  • Las despedidas deben ser breves y alegres. Es recomendable evitar los chantajes afectivos de tipo “si lloras me pongo triste” y mentir al niño/a con frases como “vengo enseguida”, “voy a comprar y ahora vuelvo” o irse sin que se dé cuenta. Hay que recordarle siempre que se volverá a recogerle. En el caso de situaciones de tensión, con llantos y rabietas, se debe responder con ternura y comprensión, pero con firmeza, para que no piense que con sus protestas puede prolongar la despedida. 

INFORMARSE SOBRE EL PLAN DE ADAPTACIÓN DE LA ESCUELA 
  • Los miembros de la familia, deben acudir a las entrevistas o asambleas previas, que se organicen en el centro para conocer al tutor del alumno y facilitarle al docente toda la información posible para que conozca al niño/a y sea capaz de reconocer sus dificultades o miedos ante la adaptación.

MANTENER UNA COMUNICACIÓN FLUIDA CON LA EDUCADORA/DOR, MAESTRO/A Y TUTORES/AS
  • Es importante comunicar cualquier inquietud, pero sin intentar acaparar su atención en momentos de mayor afluencia, como son la salida o la entrada del aula, cuando tiene que atender a todos los alumnos(as) del aula. Es mejor concertar una tutoría, si la consulta lo amerita. 

MOSTRAR INTERÉS 
  • Es grato y reforzante para el niño/a que los familiares muestren y expresen interés por sus actividades. Pueden preguntar al recogerle qué ha hecho, que ha comido, cómo lo ha pasado, los nombres de los compañeros nuevos a quienes ha conocido, etc. 

¿QUÉ REACCIONES SUELEN SER LAS MÁS FRECUENTES EN LOS NIÑOS/AS? 

Las reacciones más frecuentes observadas, durante el “periodo de adaptación” en el peor de los casos de algunos niños/as, durante los primeros días, pueden ser: llantos, tristeza, rabietas, rechazo al adulto, en los momentos de separación de la familia, en la entrada, durante el día o en la salida. 

En el caso de los niños/as de infantil, en el peor de los casos, algunos se vuelen más demandantes de atención con sus padres y no quieren separarse ni un instante de ellos, también pueden mostrar conductas atípicas de desobediencia, como protesta, al -para ellos- “abandono”. Pueden no comer o dormir bien, despertar bruscamente, tener pesadillas, regresionar en el control de esfínteres o expresar sus conflictos a través del cuerpo somatizando (fiebre, vómitos, etc.). Algunos niños/as pueden demandar más el chupete (chupón). Lo que se espera, es que según vaya resolviendo su adaptación el bebé o niño/a, estas conductas o comportamientos disminuyan poco a poco hasta desaparecer. Cada niño/a tiene su ritmo. 

Hay que tener muy en cuenta que el “periodo de adaptación”, consiste en un periodo de tiempo necesario para la habituación progresiva y gradual de los niños/as a la escuela, que durará algunos días e incluso semanas. 

Por otro lado, debemos de considerar que este período se puede ver interrumpido, por enfermedades y por el propio calendario escolar y sus días festivos o vacaciones. En el caso de los niños/as pequeños de 0 a 3 años al aún estar desarrollando la conciencia temporal y espacial, estos períodos festivos o estivales, interrumpen significativamente la adaptación y el al aprendizaje de hábitos y rutinas del centro. 


¿CÓMO DEBE SER LA REACCIÓN DE LAS FAMILIAS ANTE ESTA SITUACIÓN? 

Los niños pequeños son llevados a una escuela infantil, por lo general, ante la necesidad de los padres y madres, de no tener con quién dejarlos para poder ir al trabajo. Si preguntáramos a los bebés o niño(as) dónde quieren estar, seguro que mucho dirían que en casa. 

En el caso de la coyuntura actual producida por el SARS-CoV-2, dónde los niños/as han estado en casa tantos meses, se han afianzado más, los vínculos afectivos familiares; por lo que esta situación en algunos casos, podrían generar más dificultad en la adaptación de algunos niños/as, sobre todo en los más pequeños(as).

A ningún familiar le gusta ver a su hijo o hija angustiado y llorar en la puerta de la escuela. Nos hace sentir culpables y lo que nos gustaría hacer es llevárnoslo a casa y no volverlo a llevar nunca más para evitarles y evitarnos esa angustia… pero esto sería un error. 

Lo aconsejable ante esa situación es mantener la calma, transmitirles confianza y seguridad, que no nos vean dudar o con cara de angustia, porque les reforzaremos los temores e inseguridades, con nuestra actitud. 

Hay que confiar en las educadoras/res y/o maestras/os del centro y dejar en sus manos el abordaje de esa situación, a lo que están muy acostumbrados/as. Debemos confiar y pensar que harán lo mejor posible, para mantenernos en un segundo plano en el momento de la entrada. Si ya hemos comprobado que nuestro hijo/a se muestra muy angustiado y tiene una rabieta en el momento de la entrada, lo ideal es llegar justo antes de que vayan a entrar a aula y que nos vayamos de su vista lo antes posible y evitar así despedidas largas. 

Es importante la puntualidad en la entrada para que también puedan ver a sus compañeros y a otros niños/as entrando, esto también les dará seguridad. 

Es muy importante el momento de la recogida, nuestra actitud muy positiva y entusiasta al recibirlo/a. En el caso de los niños/as que ya hablan, tratar de que nos cuenten con sus palabras lo que han hecho y recordarles lo positivo que es ir a la escuela, como tener amigos y amigas, jugar, realizar actividades divertidas y que nosotros estaremos siempre esperándoles. También es muy recomendable tratar de que nos expresen cómo se han sentido, dándole voz a las distintas emociones que hayan podido tener (vergüenza, tristeza, alegría, ira) y tratar de normalizarlas junto a ello o ellas.

Es recomendable durante los primeros días no contribuir a la posible irritación del niño/a para que vaya adquiriendo las rutinas de forma gradual y recibirles con su comida preferida, con actividades que le gusten mucho y tratar de que estén contentos y contentas el tiempo que estén fuera del centro. 

Por la noche, antes de dormir es aconsejable disminuir su posible ansiedad ante la vuelta a la escuela al día siguiente, bien con masajes, cuentos y canciones, y si los vemos muy nerviosos/as tratar de que expresen con nosotros/as sus inquietudes o miedos para ayudarles a normalizarlos. 

En el caso de los bebés y niños/as pequeños(as), es importante reafirmar los vínculos madre-hijo(a), padre-hijo(a), realizando un masaje infantil por la noche antes de dormir. 


¿CUÁNDO HAY QUE PRESTAR MÁS ATENCIÓN A LAS REACCIONES DE NUESTROS HIJOS E HIJAS? 

Si una vez transcurrido el tiempo promedio del periodo de adaptación por lo general un mes (aunque es relativo y depende de cada circunstancia), nuestro hijo o hija sigue teniendo una respuesta de ansiedad elevada al ir al colegio (llantos, rabietas), acompañada de bajo estado de ánimo, pesadillas nocturnas, y algún síntoma físico como vómitos, dolor de cabeza o de estómago, habría que investigar más en profundidad la causa. También es importante comprobar con el propio niño/a y con la educadora si en el curso anterior hubo algún tipo de problema con los compañeros/as, alguna dificultad en el aprendizaje o excesiva ansiedad ante la separación de los familiares. 


Familias, espero que estas pautas, aunque son generales, les sean de utilidad. Estas deben de adaptarse con criterio y sentido común, al momento de desarrollo, las capacidades que el niño/a y sus circunstancias. 

Recordemos que nuestra actitud, es el mejor ejemplo para enseñar a enfrentar las adversidades, ante los ojos de los niños y niñas.

¡Espero que se encuentren bien!