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martes, 19 de mayo de 2020

LA IMPORTANCIA DEL GATEO Y SUS ALTERACIONES



Muchos padres y madres se preguntan hoy en día si es importante que su bebé deba gatear, también se preguntan qué sucede si no lo hace.

También, sucede que “pasa desapercibido” o como “normal”, cuando bebé culetea o adquiera otra extraña forma de desplazarse con el fin de coger ese juguete que llama su atención… sin gatear correctamente. En muchas ocasiones el bebé culetea, porque le han sentado sin que lo haya hecho por sí mismo y ha aprendido ese patrón incorrecto en sus movimientos, como forma de lograr sus objetivos.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL GATEO?

Son muchos los beneficios para el neurodesarrollo del bebé, que sin duda aportan en la interconexión e integración cerebral, que continuación mencionaré:


CREA RUTAS DE INFORMACIÓN. CONECTA LOS HEMISFERIOS CEREBRALES

El gateo es una base fundamental para el desarrollo educativo del niño. Crea rutas de información neurológicas entre los dos hemisferios, es decir, facilita el paso de información de un hemisferio a otro. Las rutas creadas no sólo valen para funciones del movimiento, sino que son precursoras de conexiones que servirán para crear otras conexiones entre los dos hemisferios para funciones cognitivas.

SINCRONIZA EL BRAZO CON EL PIE DEL LADO CONTRARIO. DESARROLLA EL PATRÓN CRUZADO

Es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal organizado del ser humano. Implica que el brazo derecho va sincronizado con el pie izquierdo y el brazo izquierdo con el pie derecho. Se llama patrón cruzado porque hay dos ejes cruzados, y mediante el apoyo en equilibrio sobre las dos extremidades opuestas de uno se pueden desplazar las dos del otro eje y encontrarles nuevos puntos de apoyo que serán la base del siguiente desplazamiento. Una consecuencia importantísima es que ese movimiento implica que el de las caderas y el de los hombros, que se mueven al avanzar gateando crea una rotación relativa de la columna tonificando los músculos que permitirán mantenerla erecta cuando el niño se ponga de pie.

PERMITE SABER DÓNDE ESTÁN LAS PARTES DEL CUERPO. DESARROLLA EL SISTEMA VESTIBULAR

Este sistema manda señales de los dos laberintos del oído al cerebelo para saber en qué posición está constantemente la cabeza. Así permite luego referenciar (colocar) todo el cuerpo respecto a esa posición. Es la llamada propiocepción o saber dónde están los puntos del cuerpo, lo que permite moverlo, ya que sabemos dónde está al principio y al final de cada movimiento. El niño, al saber cuál es su posición en el laberinto, que es única, sabe dónde está su cabeza, y coloca en su imagen cerebral toda la información que va recibiendo. Imagina que tienes una pierna dormida, que no manda información al cerebro o si lo hace, no llega al no tener riego sanguíneo. No puedes andar porque no sabes dónde está la pierna.

POSIBILITA EL ENFOQUE DE LOS OJOS. DESARROLLA LA CONVERGENCIA VISUAL.

Al mirar al suelo, el niño converge o enfoca los dos ojos a un mismo punto, a corta distancia. Cuando mira adónde va, a unos 3 metros por lo menos, coloca con los ojos la convergencia en un punto infinito. Es un ejercicio muscular fantástico para los ojos que facilita la acomodación visual. Según estudios de optómetras, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños. También parece que los ojos vagos están relacionados con un mal desarrollo de las convergencias.

SIENTE EL TACTO Y LUEGO PODRÁ ASIR OBJETOS. DESARROLLA LA OPOSICIÓN CORTICAL

En el gateo, la cabeza está en un plano y la palma de la mano en otro. El niño siente la tactilidad de la palma que ve, fundamental para desarrollar luego la oposición cortical del dedo gordo de la mano, oponiéndose a los otros cuatro dedos. Esa función en una mano es la que permite asir los objetos, la manualidad fina, esencial para luego poder escribir. Al masajear la palma de la mano envía información al cerebro de dónde está la palma y de cómo al moverla para apoyarse va sintiendo diferentes sensaciones.

PERMITE INTEGRAR Y DESARROLLAR VARIOS REFLEJOS PRIMITIVOS

Los bebés van presentando una serie de reflejos primitivos, que son respuestas automáticas a ciertos estímulos corporales o relacionados con el exterior. Estos reflejos, son de adaptación, dirigidos básicamente a la supervivencia, y algunos de ellos desarrollan los primeros patrones de movimiento homolateral. Posteriormente, estos patrones homolaterales deben ser sustituidos, por otros que faciliten el desarrollo psicomotor cruzado, por ejemplo, el gateo. En algunos niños esta maduración y paso de un patrón homolateral a cruzado no se realiza con la efectividad necesaria y el bebé presenta dificultades para gatear. 

La mayoría de los reflejos primitivos se desarrollan en diferentes momentos dentro del primer año de vida, alguno hacia los 2 años. A continuación, veremos los reflejos primitivos que debe haber integrado el bebé para lograr gatear con patrón cruzado contralateral. De lo contrario puede tener uno de estos reflejos activos y no desarrollados.


CONTRIBUYE A DESARROLLAR LA LATERALIZACIÓN DEL CEREBRO

En el nivel de desarrollo posterior al gateo, comienzan los primeros procesos de lateralización. Es necesario que uno de los hemisferios se convierta en el dominante y el otro en el subdominante o servidor, para no tener que operar con ambos a la vez. Al conectar los dos hemisferios gracias al gateo, se facilita acudir más rápidamente a funciones más complejas que requieren de ambos hemisferios y de áreas cerebrales no simétricas y diferenciadas. Un niño pequeño que va a coger una naranja echa las dos manos a la vez. Una misma orden llega simultáneamente a cada uno de los dos hemisferios. Un niño con un nivel de organización superior coge la naranja con una mano o con otra, dependiendo de si está a un lado o a otro o si es más diestro o zurdo. Los dos hemisferios deben de funcionar coordinadamente, para que más adelante uno de ellos sea el dominante. Por esto, el gateo ayuda a establecer la futura lateralización; es decir, a definir si somos diestros o zurdos; en ojo, oído, mano y pie.

AYUDA AL NIÑ@ A MEDIR EL MUNDO QUE LE RODEA

“La distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano al gatear es una medida fundamental -la braza- en todas las civilizaciones”. “Con esa nueva medida corporal, el niño mide el mundo circundante y se adapta al medio, porque lo mide constantemente y va retomando información”. Si entras de mayor en una casa donde pasaste la infancia, te parece más pequeña de lo que era para ti porque entonces, tu medida de braza, era menor.

CONTRIBUYE A LA ADAPTACIÓN AL MEDIO

A nivel socio emocional, el gateo ayuda a desarrollar la confianza en sí mismos, autonomía de la madre o cuidadores y la curiosidad por el mundo, haciendo que el bebé se sienta competente tanto física como emocionalmente al usar su cuerpo.

DISTINTOS NIVELES, TODOS NECESARIOS

El primer nivel de organización cerebral del movimiento es mover los miembros del cuerpo por separado, lo que hacen los bebés en la cuna. El segundo es el arrastre sobre el suelo. Los niños se impulsan con uno o ambos brazos o con una o ambas piernas. Esa fase culmina en el arrastre en patrón cruzado, donde empiezan a establecerse conexiones a través del cuerpo calloso cerebral (la estructura que posibilita la coordinación entre los dos hemisferios) para que aparezca el gateo, que es el siguiente nivel de organización. Si el gateo se desarrolla correctamente se favorecen conexiones futuras de otro tipo entre los dos hemisferios, que posibilitan las funciones correctas cognitivas y de movimiento.

CÓMO INFLUYE EN LA ANATOMÍA

Al gatear, el niño apoya su peso en las palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de los hombros, de la columna vertebral, del fémur y la cadera. Aprende la oposición a la gravedad. La formación de la articulación de las caderas, que realiza con el arrastre y el gateo, es fundamental para cuando se ponga de pie, pueda sustentar sobre esas articulaciones el peso del cuerpo. Y la función hace que los huesos se calcifiquen.

PASO A PASO

Antes de gatear, el bebé debe de reptar de forma contralateral; es decir, con el mismo patrón cruzado que se realiza con un correcto gateo.

Lo mejor es estimular a que él bebe madure y asiente cada una de las fases anteriores al andar, que son arrastrarse y gatear. Si estas fases han sido desarrolladas correctamente, cuando el niño se ponga de pie, no tendrá problemas. Los niños no tienen experiencia de luchar contra la gravedad progresivamente y utilizar funciones que luego constituirán su movimiento. Si no gatean no es que no se logre la organización cerebral, pero se retrasará el desarrollo.

FORMAS ANÓMALAS DE DESPLAZAMIENTO

Existen formas de desplazamiento anómalas del gateo, que pueden llegar a provocar trastornos biomecánicos y neuro-sensomotrices importantes que, generalmente, se desconocen o no se relacionan con esta etapa de la vida. El gateo con piernas asimétricas, por ejemplo, desorganiza la simetría de la pelvis, arrastra de forma asimétrica la función del resto del cuerpo (manos, ojos, ángulo de enfoque) y desequilibra la función laberíntica. Como consecuencia, a nivel central, el grado de activación de un hemisferio cerebral y el otro no será el mismo.

Las formas anómalas de desplazamiento que nos encontramos con mayor frecuencia son:

El “Culeteo” es el desplazamiento desde la postura de sedestación. Es un movimiento que rompe el equilibrio biomecánico de la columna vertebral y empobrece la constitución de la espalda, la cadera y el fémur. El niño que “culetea” dirige demasiado pronto la visión al infinito y no puede desarrollar correctamente la binocularidad y la capacidad de enfoque. Recordemos que el infinito visual empieza a los cinco metros de distancia de la cara.

El "Conejeo" consiste en desplazarse dando saltitos con los dos brazos y las dos piernas al mismo tiempo. Impide la puesta en marcha del patrón de desplazamiento contralateral. Muchos problemas osteopáticos que no fueron tratados unos meses antes se manifiestan ahora en forma de distorsiones biomecánicas y motrices. Algunos niños, cuando ya son gateadores expertos, aprenden a desplazarse haciendo.

El “Oso", es decir, apoyados en las manos y la planta de los pies. No es muy habitual, pero, cuando lo hacen como una transición entre el gateo y la sedestación, no es perjudicial. Lo que no es aconsejable es que el “óseo” sustituya totalmente al gateo.

El “Arrodillado”. Sucede cuando el niño(a) se desplaza solo apoyado de las rodillas sin utilizar los brazos y las manos. No es muy habitual.

ERRORES MÁS FRECUENTES

Los errores más frecuentes que se cometen durante la fase de gateo son:
  • Pensar que, en el suelo, el niño puede coger muchas infecciones.
  • Aceptar como válidas las formas distorsionadas de sedestación o de desplazamiento por el suelo.
  • Creer que el niño que empieza a andar antes es más inteligente.
  • Confundir el arrastre con el gateo.
  • Acortar la etapa de gateo estimulando de forma directa la bipedestación dándole las manos, ofreciéndole puntos de apoyo, colocando al bebé en andadores o poniéndole constantemente de pie para enseñarle a andar.
  • Es muy frecuente provocar la bipedestación de forma indirecta, mediante el deseo de los padres.
La utilización del "parque" y de los "andadores" recorta esta etapa y empobrece la experiencia neurofuncional de uno de los períodos más importantes del desarrollo. Son instrumentos que no debemos utilizar.

¿CUÁNDO DEJARÁ DE GATEAR?

Cuando el sistema de funciones cerebrales necesarias esté lo suficientemente maduro por sí mismas o convenientemente estimuladas, el propio niño se pondrá de pie. Los primeros pasos suelen aparecer alrededor al año de vida. “Entre los 16 meses y los 2 años se afirma la bipedestación, el estar de pie. 

La edad de inicio del gateo está entre los 7 y 10 meses, algunos adoptan otras posturas para movilizarse, otros los hacen después de caminar. Algunos niños gatean otros no. Lo importante de tener en cuenta es que el gateo depende también de las oportunidades que se le brindan al bebé a través de estimulación para que desarrolle e integre sus hemisferios cerebrales, -su cerebro-.

Como verán, son muchos los beneficios que el gateo aporta al neurodesarrollo infantil. M.T. Aldrete refiere que el 95% de niños que no gatean tienen problemas de lectoescritura. El 5% restante lo suple trabajando la manualidad.