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GUÍA Y ACOMPAÑAMENTO INFANTO - JUVENIL

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martes, 14 de abril de 2020

GUÍA DE "CONTROL DE ESFÍNTERES" PARA FAMILIAS Y EDUCADORES


¿CÓMO QUITAR EL PAÑAL?

El control de esfínteres es el paso de un comportamiento reflejo automático a una conducta voluntaria y controlada. Es un paso de suma importancia en el desarrollo mental, emocional y social del niño(a), que le permite crecer hacia la autonomía. Es el resultado de un proceso que tiene idas y vueltas, no es lineal y admite despropósitos, como todo aprendizaje nuevo que intentamos.

El control de esfínteres no es; sólo mantener seco el pañal, una carrera o el mero aprendizaje de un hábito mecánico.


EL PAPEL DEL ADULTO: LA FUNCIÓN DE LOS PADRES/MADRES Y EDUCADORES
A lo largo del proceso de control de esfínteres, se van a ir produciendo una serie de circunstancias y situaciones que van a hacer que el adulto tenga un papel fundamental.
Entre las principales funciones del adulto durante este proceso podemos destacar:
  • El adulto como motivador del desarrollo integral, no sólo para alcanzar el control de esfínteres, sino en cualquier área de desarrollo del niño(a).
  • El adulto como facilitador del proceso de control de esfínteres.
  • El adulto como ejemplo de aprendizaje de la actitud de empatía y respeto hacia los demás. Recordemos que el niño(a) encuentra en el adulto un modelo, un guía, un apoyo para este momento del desarrollo.
Para la consecución adecuada del control de esfínteres, a lo largo de todo el proceso, los padres/madres han de tener en cuenta una serie de condiciones que lo facilitan:
  • Capacidad de observación: averiguar cuándo está preparado e identificar cuando algo no va bien (correcto desarrollo).
  • Tener una actitud de respeto por el ritmo del niño(a) en cuanto a su madurez y sus aprendizajes.
  • La motivación y la estimulación, son piezas claves para el niño(a). Que sientan que les guía una mano segura.
  • Asertividad en la comunicación: comunicarles claramente qué es lo que esperamos de él o ella.
  • Tener la disposición adecuada para llevar a cabo el proceso: disponer de tiempo para los cambios, y encontrarnos en adecuada salud física y psíquica.
  • Paciencia: mantener la calma y el autocontrol, ante el aprendizaje del niño(a).

CONDICIONES QUE DEBE TENER UN NIÑO(A) PARA CONTROLAR ESFÍNTERES
Los esfínteres son los músculos encargados del proceso. Inicialmente aparecen como un reflejo voluntario, pero poco a poco deberá ser controlado de forma voluntaria. Para ello, el niño(a) debe contar con unas adecuadas condiciones de maduración, que generalmente ocurre entre los 24 y los 30 meses, en 3 aspectos, en los que cada niño(a) tiene su propio ritmo:
  1. Neurológico: madurez en las estructuras cerebrales implicadas en el control cortical (del cerebro). Es el “poder” hacerlo.
  2. Fisiológico: inseparable de lo neurológico, tiene que ver con la capacidad muscular de contraer o facilitar la micción y/o la defecación.
  3. Psicológico: los procesos mentales que atraviesa el niño(a), en interacción con el adulto. Es la propia percepción del niño(a), influida por lo que esperamos los adultos de ellos.
Los signos que demuestran que el niño(a) ya está preparado, no aparecen sino alentamos en su desarrollo, el sentimiento de eficacia y autoestima, a través de:
  • La exploración de sus propias capacidades.
  • La apropiación de las reglas de comportamiento y costumbres de la sociedad en la que se cría, se educa y crece.
  • La apropiación del sistema de valores de su familia y de su comodidad.
  • Ingresar al sistema de límites y prohibiciones.
  • Ser acompañados y acompañadas con empatía comprensiva en sus esfuerzos.

¿Qué necesita un niño(a) para lograr el control de esfínteres?
  • Estar maduro a nivel neurológico, fisiológico y psicológico.
  • Que respeten su ritmo de aprendizaje.
  • Que confíen en sus capacidades.
  • Que sus iniciativas sean respetadas.

SEÑALES O SIGNOS
  • Empieza a ser consciente de su propio cuerpo: se puede señalar los pañales cuando se moje y utilizará las mismas palabras que sus padres/madres para nombrarlas (pis, caca…) además, empieza a ser consciente de sus propios órganos sexuales cuando le cambian los pañales e incluso puede tocarse. Debemos mantener una actitud de normalidad ante estas conductas.
  • Tiene noción de su esquema corporal básico (ojos, nariz, boca, orejas, cabeza, cabello, brazos, piernas, barriga, codo, nalgas, culete, etc.)
  • Tiene conciencia de sí mismo, utilizando el YO y el MÍO.
  • Posee lenguaje comunicacional (puede ser entendido) e intención comunicativa (comunica lo que quiere).
  • Puede decir “No”. Es capaz de tomar la decisión de si quiere hacer algo o no.
  • Es capaz de ejecutar órdenes que implican dar dos pasos y se siente orgulloso cuando lo ejecuta.
  • Tiene concepto de orden espacial. Puede dejar las cosas en su sitio: recoge sus juguetes, aprende dónde van las cosas y muestra interés por ordenar y organizar.
  • Reconoce las nociones de arriba, abajo, dentro, fuera, delante, detrás.
  • Tiene experiencias de primeras elecciones (ropa, juguetes, etc.).
  • Tiene experiencia de algunas despedidas previas (chupete, biberón, mantita, etc.).
  • Posee destrezas motrices que le permitan agacharse, girar, subir, bajar, saltar; que le permitirán subirse y bajarse el pantalón, calzoncillo o braguitas solo/a.
  • Imita el comportamiento de sus familiares: quiere usar el lavabo como los demás.
  • El niño(a) empieza a orinar/defecar en momentos predecibles: pueden permanecer secos en torno a 2-3 horas. Las defecaciones se producen en momentos más concretos y predecibles (por ej.: después de comer). Pero no es un factor determinante, esto puede despistar. Ha de ir acompañado de otros factores.

SEÑALES QUE DEMUESTRAN QUE TODAVÍA EL NIÑO(A) NO ESTÁ PREPARADO
  • No quiere que le quiten el pañal, grita o llora cada vez que lo hacen.
  • No está incómodo con el pipí o la caca, sino que se muestra sonriente y feliz.
  • Se aparta para esconderse en un rincón o armario.
  • Se niega, dice “No” cuando alguno de sus padres/madres comenta que ya está listo para hacer solito sus necesidades en el inodoro.
  • Se pone junto al orinal y hace pis en el suelo.
  • Muestra resistencia cuando le mencionan que puede utilizar el orinal o inodoro.

PUEDE QUE SE PRODUZCA UN RETARDO EN EL CONTROL DE ESFÍNTERES ELLO PUEDE SER DEBIDO A:
  • Inmadurez en cualquiera de los 3 aspectos mencionados: el desarrollo neurológico, fisiológico y psicológico.
  • Que sea una forma de exteriorizar estados de tensión y angustia, ante cambios en el entorno del niño(a): mudanza, viajes, nacimiento del hermanito/a, separación de los padres/madres, inicio de la escuela infantil, enfermedades, etc. o si el niño(a) está bajo muchas presiones familiares que hacen que el niño(a) exprese dicha disfunción mediante conductas regresivas.
  • Si en vez de motivar, imponemos y castigamos en el proceso del control de esfínteres.
  • Pueden presentarse infecciones, presión muscular, o inhibición de los reflejos.

LO QUE NO DEBEMOS HACER:
  • Forzarle a usar el inodoro.
  • Tener prisa; cada niño(a) tiene su ritmo.
  • Amenazarle; enfadarse con él/ella reñirle, gritarle… castigarle.
  • Ridiculizarle en público.
  • Compararles con los demás niños(as) o con los hermanos.
  • Hacerle demasiada fiesta; es decir, darle más importancia de la que tiene.

¿CÓMO LLEVAR A CABO EL PROCESO DE CONTROL DE ESFÍNTERES?
Elegir el momento
  • Haber observado que el niño(a) PUEDE iniciar el proceso.
  • Que el niño(a) tenga una estabilidad emocional en ese momento. Hay que posponer el proceso ante un cambio en el entorno del niño(a): mudanza, viajes, nacimiento del hermanito/a, separación de los padres/madres, inicio de la escuela infantil, enfermedades, etc.
Consideraciones previas a la retirada del pañal
  • Debemos ser un modelo a imitar para el niño(a). Debe saber y haber visto, que los más mayores y los adultos hacen “pis y caca” en el inodoro.
  • Tenemos que jugar con ellos a “ser mayores” y a ir al baño para sentarnos en el inodoro, invitándoles a que se bajen los pantalones y se quiten el pañal. Lavarse las manos después de haber estado un ratito sentados (un minuto o dos, no más porque estamos jugando) … todo ello con el fin de adquirir una serie de hábitos y rutinas.
  • También se les pueden leer cuentos ilustrados que traten el tema del control de esfínteres.
  • Podemos jugar al “como sí”, a llevar a los muñecos al baño para que se sienten en el inodoro.
  • Hay que aprovisionarse de ropa interior motivante de personajes favoritos que puedan ser usados cómo recompensa al aprendizaje.
  • También es importante tener pantalones cómodos y fáciles de bajar y subir.
  • Debemos comprar un orinal o adaptador para el inodoro y un elevador antideslizante que le permita subir y bajar con facilidad.
  • También debemos compra protectores de colchón, para cuando llegue el momento de retirar el pañal de la noche, por encima de los 4 años aproximadamente.
  • Debemos darles autonomía siempre que sea posible y que se vayan haciendo ellos responsables de todo lo que conlleva ir al baño.

EL PROCESO DE APRENDIZAJE

PREPARACIÓN
  • Secuencia de ejecución
  • Bajarse los pantalones o falda.
  • Bajarse los calzoncillos o las bragas.
  • Sentase en el váter con adaptador o en el orinal.
  • Hacer pis.
  • Coger un trozo de papel higiénico.
  • Limpiarse con papel higiénico de adelante hacia atrás las chicas y la puntita del pene los chicos.
  • Levantarse del váter o del orinal.
  • Subirse los calzoncillos o las bragas.
  • Subirse el pantalón.
  • Tirar de la cadena o echar al váter lo del orinal y echar cadena.
  • Lavarse las manos con agua y jabón.
  • Secarse las manos.
Habilidades necesarias

Habilidades psicomotrices de ejecución: Coordinación motora gruesa y fina.
  • Motricidad gruesa.
  • Equilibrio.
  • Coordinación corporal.
  • Capacidad de mantenerse sentado.
  • Motricidad fina.
  • Coordinación manual.
Habilidades de planificación: Lenguaje y cognición.
  • Conocimiento del esquema corporal.
  • Noción de objeto.
  • Noción espacial.
  • Noción temporal.
  • Comprensión del lenguaje.
  • Comprensión de la tarea.
  • Comprensión de la secuencia de su ejecución.
Recursos materiales: los espacios e instrumentos:
  • El espacio -el aseo-.
  • Los instrumentos necesarios serian un orinal o un adaptador de inodoro.
  • Braguitas o calzoncillos.
Recursos motivadores: Pueden utilizarse los siguientes:
  • El niño(a) acompañará a su padre y/o madre a la tienda, para ser partícipe en la elección del orinal o adaptador. Puede personalizarlo con una pegatina para que lo motive o lo identifique como algo suyo.
  • Braguitas o calzoncillos con muñequitos, como elemento motivador.
  • Fotos; es decir, pictogramas de apoyo visual con instrucciones o pasos a seguir.
  • Cuentos motivadores.
  • Vídeos motivadores.
  • Canciones.
  • Muñecos(as) que hagan pis o para jugar al “como sí”.

APRENDIZAJE: paso a paso

EL COMIENZO… FAMILIARIZARSE
La primera vez le animaremos a que se siente en el orinal, aplaudiendo su equilibrio y el hecho de que sea capaz de bajarse y subirse la ropa. Si notamos cierta resistencia, le podemos permitir que se siente vestido/a y permanezca un tiempo, y le adelantamos que, a partir del día siguiente, empezará a usarlo a ratos para aprender. Estar sentado/a no pasará de tres minutos: no tienen por objetivo que orine, solo que se familiarice con la situación para evitar miedos posteriores. Para llevarlas a cabo no se debe obligar al niño(a) abandonar actividades en las que esté concentrado. Si se resiste, guardamos el orinal y lo intentamos unos días después.
Si es conveniente procurar que los intervalos sean regulares. Estemos atentos: si observamos que el niño(a) suele orinar a una determinada hora, si han pasado un par de horas o tres desde la última micción, si acaba de levantarse de la siesta, si por la mañana amanece seco, aumentaran las posibilidades de miccione en el orinal. No debemos obsesionarnos con preguntarle cada poco tiempo si quiere ir al baño, ni dedicar más de 10 minutos en total al día a que esté sentado.

PRACTICAR CON EL ORINAL
Tiene que saber cómo subirse y bajarse la ropa; un pantalón o falda con elástico, sin botones, le facilitará la tarea. Conviene que las prendas interiores sean grandes para que pueda ponérselas y quitárselas con facilidad. Le pedimos al niño(a) que vaya hasta donde está el orinal, que se baje los pantalones y se siente durante unos minutos. Pasados esos minutos, pedimos al niño(a) que mire el orinal para que vea si está lleno o vacío y aprenda a establecer la diferencia. En caso de que el orinal esté lleno le diremos lo bien que lo ha hecho; en caso de que esté vacío le indicaremos que se suba la ropa y elogiaremos que sea capaz de hacerlo, añadiendo que puede utilizar el orinal cuando tenga ganas de orinar.

¿ESTÁN LISTOS?... PUES ¡MANOS A LA OBRA!
  • Explicar al niño(a) que ya es mayor y que desde ahora va a hacer pis y caca en el orinal.
  • Enseñarle cómo y dónde.
  • Invitarles a sentarse en el inodoro, si conocemos el ritmo de micciones y defecaciones de los niños(as). Si tras unos minutos no ha hecho nada, se le levanta y se vuelve a intentar más tarde.
  • Invitarles a ir al baño, sin generarles ansiedad o angustia. No formular una invitación con pregunta en negativo (¿No quieres…? ¿No te apetece?). El mensaje formulado de forma positiva que hay que dar al niño(a) es: “tenemos que ir al baño”, “es hora de hacer pis”, como, por ejemplo.
  • Hay que establecer una rutina para ir al baño:
  1. Al despertarse.
  2. Después de las comidas.
  3. Cuando llega de la escuela.
  4. Antes de salir de casa.
  5. Antes de acostarse.
  • En el caso de que se siente y logre hacer algo, hay que felicitarle y aplicar el refuerzo positivo, mediante reforzadores sociales; besos, abrazos, halagos, etc., que son los más efectivos, sin caer en manifestaciones excesivas (no hacer una fiesta). Se le pueden dar reforzadores materiales (un gusanito, pegatina, etc.) algo que le guste, aunque no son indispensables.
  • Al principio avisará y a veces, no le dará tiempo a llegar, pero de la misma forma hay que felicitar por el intento.
  • Debemos estar atentos a las señales del niño(a), como el bailoteo, tocarse el pantalón, quedarse quieto, etc. ya que estas nos indican que quiere ir al baño.
  • Para ayudarles durante el proceso es positivo modificar la dieta, evitando darles alimentos diuréticos.
  • Hay que ponerles a hacer pis justo antes de acostarse, intentando que no beban mucho líquido durante las horas previas.
  • Cuando haya transcurrido una semana aproximadamente sin que se haga pis encima durante el día, ya se puede decir que lo ha logrado. Aunque cada niño(a) tiene su ritmo y su tiempo, y circunstancias que lo rodean.
  • Si al cabo de unos días vemos que el niño(a), pese a haber seguido todas las pautas no responde positivamente al aprendizaje, podemos dar un paso atrás, pues puede que aún no esté maduro(a).
  • Cuando ya lo controle de día, se lo quitaremos por la noche, sobre todo cuando permanezca seco toda la noche. Eso sí, esto se hace a partir de los 4 años aproximadamente.
  • Cuando se le quite el pañal de noche, si los primeros días se levanta mojado, en ese caso, podemos levantarles justo antes de acostaros vosotros para que vuelva a hacer pis.

UNA VEZ LOGRADO EL CONTROL DE ESFÍNTERES EN EL ORINAL
Hay que motivarle por usar el váter. Debemos hacer hincapié en las normas de uso e higiene en el cuarto de baño (aunque durante todo el proceso ya se les han ido dando pistas):
  • Subir y bajar la tapa del inodoro antes y después de su uso.
  • Orinar o defecar sin mancharse o mojarse.
  • Cortar el papel higiénico y limpiarse sin mancharse.
  • Tirar de la cadena después de hacer pis o caca.
  • Lavarse las manos después de ocuparse.

LOS REFUERZOS
En algún momento del proceso de aprendizaje, el niño(a) conseguirá́ evacuar dentro el orinal. Es nuestro objetivo, así ́que se lo señalaremos e incluso le podemos dar un reforzar material por su logro, pero si se trata de algo material, se recomienda, solo esa primera vez. A partir de ese momento, aunque el refuerzo debe hacerse siempre que el pequeño y pequeña haga sus necesidades en el orinal, hay que limitarse a decir una frase acompañada de algún guiño cariñoso que reconozca los logros obtenidos, como, por ejemplo: "Qué bien, has ido al baño tú solo o sola, no te ha hecho falta que te lo recuerde". Dado que en el aprendizaje de cualquier conducta buscamos que el niño(a) la lleve a cabo sin necesidad de premios, hay que espaciar las recompensas. Es importante continuar elogiando sus progresos, pero cada vez con menos frecuencia. Tan importante como aplicar el método es la adquisición de responsabilidades. Está comprobado que si el niño(a) se encarga de desvestirse, poner la ropa sucia para lavar, asearse y ponerse prendas limpias, mejora ostensiblemente el proceso de aprendizaje.


AUTOMATIZACIÓN

Para que el niño(a) aprenda esta conducta debemos de considerar los siguientes aspectos:

Elogios y recompensas: Ofrecer al niño(a) elogios y ánimos constantes. Como ya he mencionado antes, los reforzadores sociales son más efectivos que los materiales.

Coherencia: Cuando enseñemos al niño(a) a ir al baño, evitar interrumpir el proceso por ningún motivo. Por ello es importante decidir el momento. No utilizar pañales braguita como fase intermedia: sólo producen confusión en el niño(a).

Rutina: No precipitar las cosas. Dar tiempo al niño(a) para que vaya al baño antes de salir de casa y preguntarle con frecuencia si quiere ir.
Límites: Tener expectativas realistas en cuanto al aprendizaje. Dejar el orinal en el baño, es donde debe estar.

Disciplina: El refuerzo positivo es la clave del aprendizaje. Nunca castigar o regañar al niño(a) cuando tenga un escape.

Advertencias: Durante el periodo de aprendizaje, preguntar continuamente al niño(a) si necesita ir al baño.

Explicaciones: Enseñar a que se siente cuando tenga ganas de ir al váter. Mostrarle y explicarle lo que pasa en el baño, y aprovechar estas ocasiones para enseñarle normas de higiene.

Contención: No dar demasiada importancia si alguna vez se le escapa o se hace pis.

Responsabilidad: Alentar al niño(a) a que se limpie y se lave las manos.

Relajación: Plantear el aprendizaje del uso del váter de forma abierta y relajada. Se trata de una parte natural de la vida. Concederle un poco de intimidad si la pide.


CONSOLIDACIÓN

Cuando el niño(a) aprende a ir al aseo de forma autónoma, adquiere las rutinas y es cociente de lo que tiene que hacer. El adulto no tiene que decir nada solo tiene que observar lo que hace.
La persona adulta le puede proponer situaciones como decirle al niño(a) que puede hacer pis de pie… si el niño(a) es capaz lo hará.
Los adultos posteriormente, no tienen que intervenir ni tienen que sobreprotegerle. Los niños(as) tienen que hacerlo autónomamente, así se les hará rutina el hábito aprendido y demostrarán que son capaces de hacerlo solos.

Resumen:
  • Determinar el momento idóneo, recordar que el niño(a) debe tener madurez neurológica, fisiológica y psicológica.
  • Motivar al niño(a) y respetar su ritmo.
  • Establecer una rutina, llevando al niño(a) al baño cada cierto tiempo o haciendo que lo asocie a actividades de la vida diaria, como el lavado de manos previo a la comida.
  • Observar al niño(a), ya que algunos de ellos nos van a ayudar, realizando muecas con la cara o posturas con las piernas que nos indicarán que siente deseo de ir al baño.
  • Utilizar ropa que sea fácil de quitar y no dificultar el acceso al baño o al orinal, ya que inicialmente el niño(a) no va a tener mucho tiempo entre el deseo de realizar la micción o deposición y el tiempo que sea capaz de aguantarla.
  • Usar refuerzos positivos, ya que nos ayudarán inicialmente a motivar al niño(a).
  • Tener una adecuada ingesta de líquidos, sobre todo agua.
  • Vaciar la vejiga cada 3-4h durante el día y sobre todo muy importante antes de ir a la cama.
  • Intentar que el niño(a) no espere hasta el momento de tener que ir corriendo al baño, anticiparse al deseo de orinar.
  • Sentar al niño(a) en el inodoro e intentar que se relaje para emitir la orina.
  
 MATERIAL DE APOYO
Aquí les adjunto una lista de libros para padres/madres y cuentos para niños(as) en relación al tema. Algunos los pueden encontrar en internet para descargarlos en PDF y otros en YouTube.

Libros para padres y/o madres
  • Adiós a los pañales. Un libro de ayuda y orientación a los padres: EDukame.com. Cristina García.

Cuentos para niños(as)
  • Y después de los pañales: Marianne Borgardt. Barcelona. Timun Mas, 1996.
  • Fuera el pañal: Claude K. Dubois, 2001.
  • Fuera pañales: Fiona Watt. Londres. 2002. Usborne.
  • Pipí en la hierba: Magali Bonnio. Barcelona Corimbo. 2002.
  • Caca: Incola Baxter. Barcelona. Timun Mas, 2003.
  • Ya no llevo pañales: Violeta Denou. Barcelona. Timun Mas, 2004.
  • Dita y Dito aprenden a usar el orinal: Mónica Gutiérrez Serna. 2006.
  • Caillou; fuera pañal: Joceline Sanschagrin, 2009.
  • Puedo mirar tu pañal:  Guido Van Genechten. 2009. *****
  • https://www.youtube.com/watch?v=8_O58a_S4HA
  • Marina ya no quiere llevar pañales: Linne Bie, 2010.
  • Un regalo genial: Guido van Genechten, 2015. *****
  • https://www.youtube.com/watch?v=PXUVOySN4vE
  • Edu ya no quiere llevar pañales: Linne Bie, 2010. *****
  • https://www.youtube.com/watch?v=Q2pa4ptHMVQ
  • Adiós pañal:  Mª Auxiliadora Robles Bello y Mª Ángeles Aznar Medina, 2014.
  • El orinal de Lulú. Camilla Reid, 2018. *****
  • https://www.youtube.com/watch?v=cABS4YiqwK4
  • Mi pañal: Armelle Modéré. Barcelona Corimbo, 2020.
  • https://www.youtube.com/watch?v=6QXGq4bZqTk
   Canciones