Es común el uso de aparatos que nos venden para para bebés, como las hamacas, parques (corralitos), arneses, columpios, taca tacas (andadores), correpasillos; que nos facilitan la vida, pero a veces nos olvidamos de las verdaderas necesidades del bebé.
El bebé busca primero el contacto con sus figuras de referencia, sus progenitores, satisfaciendo su seguridad emocional, porque constituyen la base para que quiera explorar, es decir, que el vínculo de apego es el que va a facilitar que el niñ@ tenga todas sus necesidades satisfechas (no sólo de alimentación y limpieza, sino principalmente las afectivas) y le va a brindar la seguridad emocional que necesita, para explorar su entorno con motivación y curiosidad.
El cerebro del niñ@ debe de pasar por todos los procesos de neurodesarrollo para llegar a la bipedestación (la capacidad de andar sobre las extremidades inferiores): el bebé, primero levanta la cabeza, luego se apoya en sus antebrazos para hacerlo, hace el avión, se gira de boca abajo a boca arriba y viceversa, luego se arrastra, se sienta solo, gatea, se arrodilla, se pone de pie con apoyo, luego sin apoyo, camina y luego corre; y todo lo debe de hacer por sí mismo. Nosotros solo debemos de ser los facilitadores de este proceso.